Qué es el acné

El acné es una enfermedad inflamatoria de la piel que se produce cuando los folículos pilosos se obstruyen con sebo, células muertas y, en ocasiones, bacterias. Esta obstrucción da lugar a la aparición de diferentes tipos de lesiones, como comedones (puntos negros y blancos), pápulas (protuberancias rojas), pústulas (granos con pus) e incluso nódulos o quistes, que son lesiones más profundas y dolorosas.

Tipos de acné

El acné no se manifiesta de igual manera en todas las personas. Para facilitar su comprensión y tratamiento, se clasifica en diferentes tipos según su gravedad, la etapa de la vida en la que aparece o los agentes externos que lo provocan.

Según grado de severidad

Esta clasificación de los tipos de acné se basa en el número, tipo y gravedad de las lesiones:

• Acné Leve: Caracterizado por la presencia de comedones, espinillas y algunas pápulas. Generalmente, no deja marcas de acné ni pigmentación.
• Acné Moderado: Se presenta con mayor frecuencia en la adolescencia, aunque también puede aparecer en la edad adulta. Se caracteriza por la presencia de granos rojos e inflamados, y en casos más severos, pueden aparecer nódulos y quistes. Este es uno de los tipos de acné que suele requerir tratamiento dermatológico con medicamentos tópicos antiinflamatorios y antibióticos.
• Acné Severo: El acné nodular es una forma grave de acné que se caracteriza por la aparición de nódulos profundos y dolorosos. Estas lesiones pueden tardar semanas en desaparecer y, si no se tratan adecuadamente, pueden dejar cicatrices. Este tratamiento para el acné suele incluir medicamentos orales para reducir la producción de sebo.

Según la etapa vida

El acné puede aparecer en diferentes momentos de la vida, desde el nacimiento hasta la edad adulta, y sus características pueden variar según los tipos de acné presentes:

• Acné del bebé: Afecta aproximadamente al 20% de los recién nacidos y se manifiesta principalmente en las mejillas.
• Acné infantil: Similar al acné del bebé, se caracteriza por la aparición de comedones o pústulas aisladas.
• Acné vulgar: También conocido como acné juvenil o de la pubertad, se produce por las fluctuaciones hormonales propias de esta etapa. Se caracteriza por la aparición de comedones, pápulas y pústulas, principalmente en la zona T del rostro (frente, nariz y barbilla).
• Acné tardío: Afecta a un porcentaje significativo de adultos, especialmente mujeres, entre los 20 y 40 años. Es un acné que aparece por estrés y por las fluctuaciones hormonales propias del ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia.

Por agentes externos

Algunos factores externos pueden desencadenar o agravar ciertos tipos de acné:

• Verano: Más común en mujeres de 25 a 40 años con historial de acné en la adolescencia. Se relaciona con la exposición solar y la reacción de los rayos UV con ciertos componentes de los protectores solares.
• Fármacos: Algunos medicamentos, como los que contienen corticosteroides, litio o barbitúricos, pueden provocar acné. Generalmente, desaparece al suspender el tratamiento.
• Cosméticos: Se produce por el uso de productos cosméticos con ingredientes comedogénicos que obstruyen los poros.

Tipos de granos en la cara

Para aplicar el tratamiento adecuado, es importante identificar el tipo de lesión presente, ya que están relacionados con los diferentes tipos de acné:

• Pústulas: Pequeñas protuberancias blancas llenas de pus, rodeadas de un halo rojo. Se pueden tratar con productos tópicos específicos, como una crema para el acné, que ayuda a reducir la inflamación y prevenir nuevas lesiones.
• Pápulas: Protuberancias rojas, sólidas y elevadas. Requieren un cuidado suave para evitar irritaciones y cicatrices.
• Quistes: Lesiones profundas y dolorosas llenas de pus. Requieren tratamiento médico para prevenir cicatrices.

Tratamientos del acné adulto

El tratamiento del acné en adultos debe ser personalizado y adaptado al tipo y gravedad de la condición. Algunas opciones comunes incluyen:

• Cuidado tópico: Existen productos específicos para pieles con tendencia acneica que ayudan a controlar la producción de sebo, reducir la inflamación y eliminar las imperfecciones. Entre las opciones disponibles se encuentran productos como la crema para el acné Effaclar Duo+M, un cuidado corrector que actúa sobre las imperfecciones existentes, previene la aparición de marcas y unifica el tono de la piel, siendo una excelente opción para quien busca cómo quitar las marcas del acné. Este tipo de productos no solo trata los brotes activos, sino que también ayuda a mejorar la apariencia de la piel, disminuyendo la visibilidad de cicatrices y manchas.
• Terapias hormonales: En casos de acné hormonal, el médico puede recetar anticonceptivos orales u otros medicamentos para regular las hormonas.
• Antibióticos: Se utilizan para combatir la proliferación de bacterias en el caso del acné inflamatorio. Pueden administrarse por vía oral o tópica.

Cómo ayudar a controlar el acné hormonal en adultos y adolescentes

Además de las terapias hormonales, existen algunas medidas que pueden ayudar a controlar el acné hormonal en adultos y adolescentes:

• Cuidado adecuado de la piel: Utilizar productos de limpieza suaves, no comedogénicos y específicos para pieles acneicas. Es importante limpiar la piel dos veces al día, mañana y noche, para eliminar el exceso de sebo y las impurezas.
• Estilo de vida saludable: Llevar una dieta equilibrada, evitar el consumo de alimentos procesados y azucarados, dormir las horas suficientes y controlar el estrés son factores clave para regular las hormonas y prevenir los brotes de acné.
• Consulta con un dermatólogo: Es fundamental acudir a un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado. El dermatólogo podrá determinar el tipo de acné, sus causas y las mejores opciones terapéuticas para cada caso.

En definitiva, el acné es una condición multifactorial que requiere un enfoque integral para su tratamiento. La identificación del tipo de acné, la comprensión de sus causas y la búsqueda de la orientación de un dermatólogo son pasos cruciales para lograr una piel sana y libre de imperfecciones. Recuerda que la constancia en el tratamiento y el cuidado diario de la piel son fundamentales para obtener resultados satisfactorios a largo plazo.