FALSO
El sol es un falso amigo del acné. Durante el verano, su efecto desecante y su acción sobre las glándulas sebáceas, mejora la apariencia de las imperfecciones. Pero realmente la radiación UV estimula la producción de sebo y engrosa la piel, por lo que obstruye los poros. La consecuencia: en otoño las imperfecciones reaparecen y se acentúan, agravando el acné.