1 - Ayúdale a entender su enfermedad
Es importante no dramatizar la situación, especialmente cuando se trate de niños con dermatitis atópica. Generalmente son conscientes del hecho de que tienen eczema, pero no saben explicarlo. Por eso tienen tantas preguntas. De dónde viene la enfermedad, si es contagiosa, si se curarán algún día. También es complicado para ellos evaluar los beneficios a medio plazo de un buen tratamiento y monitorizar la afección. Háblalo con ellos usando las herramientas educativas LIPI Y KARA para evaluar su conocimiento.
2 - Anímales a aplicarse el tratamiento ellos mismos
¡Pueden hacerlo desde los 3 o 4 años! Nuestra tendencia a sobreproteger a los niños es natural. Sin embargo, incluso los niños muy pequeños son capaces de ser responsables, cambiar sus hábitos y su percepción de la enfermedad. Al adoptar la rutina de cuidado, al principio como un juego, los niños serán capaces de llevarla a cabo solos en casa, cuando estén en casa de los abuelos o durante las vacaciones. Existen nuevos productos reponedores como sticks, cremas y aceites. Sus brotes de sequedad serán menos graves y frecuentes, lo que les permitirá despreocuparse de nuevo. La rutina se convertirá en algo instintivo y los padres no tendrán que insistir.
Desde los 7 años los niños también pueden evaluar su propia dermatitis atópica y monitorizar el desarrollo de su afección de una semana a otra. Al usar esta herramienta: http://www.poscorad.com, desarrollada por el grupo de trabajo europeo European Task Force para la dermatitis atópica, el paciente puede medir la gravedad de sus lesiones, síntomas, picor y desórdenes del sueño.